15 de octubre de 2012

Solo un recuerdo.

Lo único de mi infancia que recuerdo fue cuando tenia apenas 5 años. Gritos de dolor y miedo asolaban las calles de mi pueblo, una gran humadera apenas dejaba ver y respirar. Todos corrían, era poca la posibilidad de salvarse en ese infierno.
Cuando mi madre me alzo y me apoye en su hombro podía ver mi pueblo muriendo lentamente. 
Vi que pocos eran los valientes que se animaban a contemplar el cielo, de donde provenían llamas y un abatir de alas gigantescas. 
Desde el cielo provino algo muy extraño, que logro estrellarse contra la bestia que comenzó todo esto.
Se escucho un gran grito desgarrador de dolor y odio, comenzaba a caer gotas de sangre oscura desde el cielo y mas llamas, esta vez, eran mas potentes y se dirigían hacia nosotros.
La nerviosidad y el miedo causo furor cuando el gran animal se nos venia encima, mi madre tropezó entre sollozos y recuerdo que salí rodando varios metros colina abajo hasta quedar apostada entre las piedras. Pude reconocer a mi madre gritando mi nombre y mas adelante, mas gritos de dolor y una gran luz vislumbro la noche. 
El dragón al recibir otra bola extraña esta vez en la cabeza, lo que produjo que entrase en un mar de confusiones, y mas dolor, comenzó a lanzar fuego a todo a su alrededor , hasta llegar hasta las personas que allí se encontraban.
Esa noche fue infinita.
Desperté nose cuando, habían pasado varios días, eso lose. Las ruinas marcaban su tiempo. Ya no quedaba nada. 
Camine hacia las montañas para llegar al próximo pueblo, me sentía rara, mi memoria ya no era como antes, trate de llegar a la orilla del rió, y me vi reflejada... 
Ya no era yo, la pequeña de 5 años con una gran sonrisa.. 
Ahora, me mostraba mas grande, esbelta, el pelo mas largo y rojizo como las llamas de aquella bestia de mis recuerdos y mi cara mas de adulta... y me di cuenta, que tanto mi físico como mi mente habían  cambiado. 
¿Cuanto tiempo estuve inconsciente?, ¿Donde estarán los sobrevivientes de mi pueblo?
Me preguntaba a cada segundo, hasta que me di cuenta que comenzaba a llorar. 
Mi corazón quería hacerlo, pero mi mente me decía que no, que no serviría de nada, no solucionaría nada de mi vida perdida y no me haría encontrar soluciones. Decidí ser mas fuerte y reanude mi marcha hacia las montañas.



Luego de casi dos días de marcha, el frió comenzaba a sentirse a mayor altura y ya caía la noche. 
Busque una cueva o alguna otra protección pero nada encontré, me acuclille contra una roca y me tape con mis brazos   y mi pequeña manta gastada.  Trate de dormir, pero el cansancio no me vencía,
Cuando la luna dio justo en mi frente, un gran estruendo se escucho y produjo eco desde donde estaba. Asustada me atreví a mirar el cielo como la ultima vez que vi a mi madre. 
Una gran bestia, venia hacia mi, llego en unos segundos cerca de donde estaba. Su mirada me inmovilizo, pero no baje la mía. 
Acerco su cabeza hacia mi y cerro sus ojos. Nose porque, pero algo me tranquilizo de ella. Pude ver el dolor que le recorrían sus cicatrices y la profundidad de su corazón cuando volvió a abrir sus ojos.
Sin pensar, acaricie su hocico con mi mano. 
Una voz en mi mente resonó como una canción angelical, - Perdóname. 



 

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