5 de marzo de 2013

Trinidad- Capitulo 4.

TRINIDAD
CAPITULO 4



Íbamos bordeando el primer río, hasta que cayó la noche, buscamos unas rocas para  poder acampar allí y el reparo de unos árboles. Prendimos el fuego y Buda sacó sus provisiones, las cuales las repartió a las elfas para que cocinen ellas.
Buda: ¿qué miran?, ¡están entrenadas para eso!
Elfas: no te preocupes Buda, nosotras sabemos lo que hacemos.
Servant: esta noche hago guardia.

Estábamos todos en silencio comiendo un poco, todos teníamos la mirada pensativa, tal vez les preocupaba mucho la idea de que volviese Apokay y vuelva a arrasar con todo lo que se cruce en su camino, como hizo en el otro continente.
De a poco todos íbamos quedando dormidos. Las llamas de la fogata no alcanzaban para aliviar el frío que sentíamos, por suerte las alas nos protegieron un poco.

Servant: bien, ya están todos dormidos… jaja, es hora de irme... (Susurrando)

Servant se levantó, y salió sigiloso alejándose del río, alejándose de sus compañeros.
Hancock que dormía a su lado, sintió la brisa que provoco su movimiento. Abrió los ojos y se dio cuenta que no había nadie en la guardia, se levantó y visualizó una sombra que se alejaba entre los árboles. Al faltar el guardia, había decidido sin dudarlo ver qué era lo que vio, tal vez sea alguien que rapto a su compañero. Así, también sigilosamente y unos cuantos metros atrás, Hancock  se marchaba del grupo, pero con razones obvias como para obtener un perdón.

Con el canto de los pájaros todos nos despertamos, estábamos muy fríos  menos Seque, Bombucha y Sapito que durmieron muy juntos. Ellos siempre se salvaban del frío...

Nadie se había percatado de la falta de dos de nuestros compañeros, hasta que levantamos el campamento y quedaron dos bolsos sin dueño.

Banana: ¿de quién son esos?, del que sea, lo levanta ya, no hay tiempo que perder.
Kalfu: esta más claro que el agua que esos son de Hacock y Servant, son los únicos que faltan.
Banana: siempre va haber algo que nos complique.
Kalfu: anoche no escuché nada… ¿alguien vio o escucho algo?
Todos: no señor.
Kalfu: ellos ya saben el camino al castillo, no podemos esperar más, debemos llegar esta noche si o si.

No quedó otra que seguir adelante, por la tarde, llegamos al próximo río, debíamos cruzarlo, el castillo se encontraba del otro lado.

Kalfu: el viejo puente está destruido, no podremos construir otro, es una pérdida de tiempo. Son tres horas de cruce. Nadando terminaríamos cansados y ahogándonos.
Banana: ¿para qué están los magos?
Saturi: yo puedo invocar una pequeña balsa. Solo denme un tiempo que lo busco en mi libro.
SmAlvaro: podemos usar el poder de hielo para congelar el agua y así crear un camino. La balsa puede ser necesaria para poner nuestros elementos y no provocarle tanto peso al camino de hielo.
Kalfu: aun así terminarán agotando las energías, vayan turnándose los magos ¿Puedes aguantar mantener la magia sobre la balsa Saturi?
Saturi: creo que sí, sino… bueno se hundirán nuestras cosas (con mirada inocente).
Kalfu: no tenemos otras invocadoras. Casi no hay en el mundo.
DeeDee: yo le pasaré mi energía por medio de los anillos. No se preocupen.
Kalfu: ¿Anillos?, ¿comparten el poder como esa leyenda?
DeeDee: si... después te explico.

Neneflojo fue el que empezó a utilizar el poder de hielo sobre el agua, creando así el camino para poder llegar a la otra orilla. Luego siguió Murdox, ya faltaba la mitad del río. Ya me estaba cansando de mantener la invocación de la balsa, pero los anillos comenzaron a brillar y pude seguir.
 Después SmAlvaro intentó crear el camino, pero como le faltaba más entrenamiento, Banana lo ayudo y le enseñó cómo hacerlo con más fuerza.

Kalfu: cuando lleguemos a la orilla quiero contarles algo.

Faltaban sólo unos metros. Buda comenzó a hacer fuerza de una soga que provenía del agua.

Buda: ayúdenme chicos, mientras íbamos cruzando yo aproveché a pescar... y creo que son muchos.
Sapito: ¡qué ingenioso!, vengan mis amores, vamos a demostrarles que además de amor tenemos mucha fuerza.
Seque: si pero dame unos guantes, no me quiero quemar estas manos, después no podré acariciarte.
Bombucha: no importa, yo te los voy a curar si te pasa algo.
Seque: gracias divino, ¡te amo!
Bombucha: yo también te amo bombón.

Ambos corrieron a abrazarse soltando la soga, lo que provocó que Sapito caiga al agua, Buda pudo mantener el equilibrio e hizo más fuerza, a la vez Murdox, Kalfu y DeeDee agarraban la soga para ayudar de nuevo y lograr sacar la red de pesca. Las elfas cocineras ayudaron a Sapito salir del agua.

Sapito: ¡tantas horas caminando sobre hielo para no mojarme, y me pasa esto!
Bombucha y Seque: ¡perdón, perdón! abrázanos así nos mojamos todos y compartimos el mismo sentimiento.
Sapito: con gusto.

Sapito corrió a abrazarlos y los tiró al agua.
Todos nos reímos mucho a la vez que ayudábamos a sacarlos de allí.

Una vez que habíamos llegado a la orilla tan deseada. Kalfu se paró sobre una roca, se aclaró la garganta  y empezó a hablar.

Kalfu: muy bien chicos, un viaje entretenido, esta noche vamos a estar dentro del castillo, quiero que se porten bien, ahí adentro nos esperan el alma de los ángeles que serán entregados a algunos de ustedes para ser más fuertes. Sólo ellos elijen su portador.
También necesito un tiempo solo, voy a estar en la biblioteca con mi asistente Banana buscando libros que me hagan recordar a los pasadizos secretos del castillo, para poder utilizar ataques sorpresas.
DeeDee estará al mando en mi ausencia. Quiero que entrenen porque seguramente esto sea más fuerte que hace 200 años atrás. Es una lástima que nos falte nuestro comandante.

                                                                Mientras tanto…

Servant: ¡mi rey! ya te extrañaba mucho.
ReyCali: Servant... gracias por volver con nosotros. Espero que no se hayan dado cuenta, aunque dudo que sean tan inútiles.
Servant: no mi rey, vine cuando todos dormían...
ReyCali: abran las puertas para que pase nuestro mago favorito...

Hancock: asé que Servant nos ha traicionado... voy adentrarme un poco más para saber qué traman  y avisarles a mis compañeros... primero debo evadir a los guardias.

Hancock se puso en marcha, esperaba detrás de las rocas que el sol se escondiese detrás de las montañas.
Para aprovechar la oscuridad.
Dentro del castillo se encontraba bebiendo ReyCali  con Servant mientras conversaban sobre el viaje hasta allí.

ReyCali: Elfas, perras del infierno avisen que esta noche tendremos un gran banquete celebrando nuestra pre-victoria.
Servant: ¡que linda bienvenida!


La fiesta había empezado y ya todos estaban bebidos, los guardias no estaban seriamente en su trabajo, así que el comandante Hancock aprovechó para introducirse en los aposentos del rey y quedó escondido esperando algo que le diera pistas.
Al cabo de un rato, se abrieron las puertas y entro ReyCali con Servant, algo bebidos, pero todavía tenían coherencia sobre lo que decían.

ReyCali: así que, ellos ya saben que nosotros queremos atacarlos.
Servant: si, están viajando para el castillo.
ReyCali: mmm... tendré que cambiar mi estrategia. Igual poseemos la ayuda de todos los demás clanes. Muchos ya cruzaron el mar y deben llegar dentro de unas semanas.
Servant: ellos no cuentan con ayuda, no quieren meter a otros clanes en peligro.
ReyCali: y no la van a contar… los demás clanes fueron destruidos y el viejo Oktubre, están prisioneros desde que obtuvieron la victoria.
Servant: si... para los nuevos de la generación, Oktubre es una leyenda...
ReyCali: Garufa es muy fuerte, está en una celda especial, porque su fuerza es capaz de matarme con solo un golpecito... jajaja

Hancock: ¡Oktubre está prisionero!... y nosotros creímos que habían abandonado este mundo, si logro rescatarlos, será una nueva esperanza para nosotros. (Se decía para sus adentros).

ReyCali y Servant se acercaban al lugar donde estaba escondido el comandante. Éste reaccionó rápido y logró  introducirse por la ventana.

ReyCali: me sentía observado…
Servant: ¡ay seguro era mi culpa!, no dejo de mirarte, no has cambiado en nada.
Ambos se reían a carcajadas.

Hancock: esta es la única noche que voy a tener la oportunidad de introducirme en los calabozos para salvar a Oktubre. Debo buscar una forma…

El comandante se había puesto en marcha buscando las puertas de los calabozos. Logró encontrar una ventana, estaba casi tapada de hojas, limpió rápido y sacó su espada, esta tenía tanto filo que logró cortar los fierros que la cerraban. Una vez que entró, volvió a tapar la nueva entrada con las hojas para que nadie viese que estaba roto.
Asesinó a los guardias sigilosamente. Logró sacar a algunos guerreros de Oktubre que lo ayudaron en el rescate de los demás.

Hancock: ¿dónde está su líder?
Soldado de Oktubre: está 3 pisos más abajo, tiene una guardia especial cuidando su celda.
Hancock: bien, atacaremos todos juntos. Reúne a tus compañeros.

Hancock y los miembros de Oktubre, se encontraban preparados para tirar la puerta y tener una batalla con los guardias de los calabozos de Apokay, para rescatar a Garufa, líder de la antigua alianza de Trinidad, nuestro clan.

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